La Yogini Nangsa Obu

Nangsa
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Un día Nangsa pasó por la habitación de Tejer y vio sobre el telar una pieza de ropa que había dejado sin terminar antes de marcharse a Rinan, entonces decidió acabarla y así ayudar a sus padres, pero su madre le dijo, “no debes trabajar sería vergonzoso, tenemos muchos sirvientes que pueden hacerlo”, Nangsa respondió, “por qué debo avergonzarme de trabajar lo que realmente es vergonzoso es que tenga
un precioso cuerpo humano y no esté practicando el Dharma, eso si que es motivo de vergüenza, vosotros me veis como la reina de Rinan, en cambio, yo me siento como la persona más inferior, no puedo ayudar a mis propios padres, ni tampoco puedo practicar el Dharma, cualquier trabajo empezado debe terminarse, esta vez no voy a pedir a nadie que me ayude, lo voy a hacer yo sola”.

Empezó a trabajar con el telar y muchos viejos amigos iban a visitarla conociendo la experiencia por la que había pasado ofreciéndole chang, la encontraban trabajando y un día mientras estaba hablando con ellos, decidió cantarles una canción para dirigir sus mentes hacia el Dharma, utilizando imágenes del trabajo que estaba realizando.

“Me inclino ante el guru, deva y dakini,
por favor ayudad a esta muchacha sin la practica del Dharma,
escuchadme amigos míos, vosotras jóvenes muchachas,
escuchad a la delog Nangsa,
voy a cantaros una canción utilizando el telar como ejemplo para enseñaros un poco de Dharma,
si el agujero cuadrado en donde estoy sentada fuese una cabaña para meditar hecha de ramas,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si la estera sobre la que estoy sentada fuese un cojín para meditar,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si la delog Nangsa fuese una meditadora,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si mis sirvientes fueran los que llevan la comida a alguien que está en retiro,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si las cuatro pinzas que sostienen el pilar, sostuvieran cuatro galen,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si el listón fuesen las instrucciones del guru,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si el cabestrillo que me sostiene mientras trabajo, fuera señal de renuncia del samsara,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si la ordim y el tejido fuesen el gozo y la vacuidad,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si el hilo que estoy tejiendo fuese el hilo de la meditación,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si las cuerdas que sostienen el telar fuesen la disciplina y la virtud,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si este largo cordel blanco fuese la guía del camino hacia las tierras de Buddha,
¡Qué feliz me sentiría!,
Si el cordel vertical que tensa fuese la cuerda que nos hace salir del samsara,
¡Qué feliz me sentiría!
Si este cordel que baja fuese lo que mantiene la puerta del samsara,
¡Qué feliz me sentiría!
Si el listón que separa los hilos, separase y clarificase lo bueno y lo malo,
¡Qué feliz me sentiría!
Si el ajustador de tensión fuese la bodhichitta que hace ofrendas y sirve a los demás,
¡Qué feliz me sentiría!
Si este listón largo que hace los nudos pudiese desanudar los dos velos,
¡Qué feliz me sentiría!
Si la pieza que va enrollando la tela terminada, fuese la acumulación de méritos y sabiduría,
¡Qué feliz me sentiría!
Si el ajustador de los márgenes crease un solo sabor,
¡Qué feliz me sentiría!
Si el sonido del telar fuese el sonido de la enseñanza del Dharma,
¡Qué feliz me sentiría!
Si la pieza que va hacia atrás y hacia delante conduciendo el hilo, fuese el Dharma que aporta felicidad y
aparta el sufrimiento,
¡Qué feliz me sentiría!
Si los 84.000 cordeles fuesen las diferentes enseñanzas adecuándose a los diferentes tipos de personas,
¡Qué feliz me sentiría!”

Después de escuchar esta canción algunas dejaron de realizar acciones negativas practicando acciones positivas, salvo por algunas palabras complicadas, no era una canción difícil de entender.
Otras creyeron que Nangsa simplemente quería practicar el Dharma porque su vida era demasiado fácil, tenía un hijo precioso, un marido rico, inteligente, etc….. Así que dijeron, “no deberías renunciar a todo
cuando tu vida es tan buena Nangsa”, y Nangsa contestó, “Por favor volvedme a escuchar amigas, el
precioso cuerpo humano es difícil de obtener, si no se practica el Dharma, se corre el gran peligro de
caer en los reinos inferiores.

Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma yo sí lo haré,
Nuestra vida es como una gota de agua sobre la hierba que puede evaporarse con solo un poco de calor,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
La vida es como un arcoiris sobre la hierba, su apariencia es hermosa, pero carece de valor real, Aunque
vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
Nuestra vida es como una oveja en manos de un carnicero, estamos predestinados a morir,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
La vida es como una puesta de sol, su apariencia es poderosa y bella, pero antes de que te des cuenta
habrá desaparecido,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
La vida es como un águila volando en el espacio, ahora está aquí, pero pronto se irá a otro lugar, Aunque
vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
La vida es como una cascada cayendo de una montaña muy alta, a pesar de que su sonido sea fuerte, lo
percibes solo cuando pasas por delante, luego desaparece,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
La vida es como la comida de un mendigo, a pesar de tener mucha por la mañana, cuando llega la noche
no le queda nada,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
La vida es como la gente que pasa por la calle, la vemos un momento y luego desaparece,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
Nuestra vida es como la luz de una vela, el viento sopla hacia ella y no puede quedarse quieta, Aunque
vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
La vida es como un rostro bonito, nos acompaña cuando somos jóvenes, pero cambia cuando
envejecemos,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo sí lo haré,
Si puedo encontrar un buen gurú que me dé enseñanzas sobre la impermanencia,
Aunque vosotras amigas no queráis practicar el Dharma, yo si lo haré”,

La madre de Nangsa oyó por casualidad esta canción y dijo: “A tí que te quiero tanto como a mi propio
corazón, escúchanos Nangsa Obum, ¿Quisieras irte abandonándonos para practicar el Dharma?,
¿Dejarías a tu esposo para practicar el Dharma?, ¿Abandonarías a tu hijo marchándose para practicar
el Dharma?, ¿Dejarías a tus súbditos e irías a practicar el Dharma?, ¿Partirías de palacio para ir a
practicar el Dharma?, si es verdad que quieres practicar el Dharma va a ser muy difícil, si esta es tu
intención, ¿Por qué tuviste a tu hijo?, no trates de hacer lo que no puedes, practicar el Dharma, haz solo
lo que sepas, ser un ama de casa”,
Nangsa contestó, “Bondadosa madre, Niagsa Seldon, escúchame,
escucha la voz de tu hija, Nangsa Obum,

El sol brilla por todo el universo , cuando deje de brillar, yo dejaré de desear practicar el Dharma y me quedaré en casa, pero si el sol sigue su curso, yo también seguiré hacia el Dharma,
Si la luna deja de crecer y menguar, yo me quedaré en casa, pero si no es así, me iré a practicar el
Dharma,
Si la flor de loto deja de florecer en verano y de morir en invierno, yo me quedaré en casa y no practicaré
el Dharma, pero si no es así no me quedaré, me iré a practicar el Dharma,
Si el río se detiene y empieza a fluir en sentido inverso, yo me quedaré en casa y no practicaré el
Dharma, pero si no es así, no me quedaré, me iré a practicar el Dharma,
Si el fuego deja de arder hacia arriba y arde hacia abajo, yo me quedaré en casa y no practicaré el
Dharma, pero si no es así, no me quedaré, me iré a practicar el Dharma,
Cuando los estandartes con plegarias en la cima de una montaña, dejen de ondear en el viento, yo me
quedaré en casa y no practicaré el Dharma, pero si no es así, no me quedaré, me iré a practicar el
Dharma,
Tras nacer, inexorablemente llega la muerte, si esto no es verdad, yo me quedaré en casa y no practicaré
el Dharma, pero si es verdad no me quedaré, me iré a practicar el Dharma,
Y como es cierto que la muerte siempre sigue al nacimiento quiero practicar el Dharma, tu eres ahora
una mujer mayor, si volvieras otra vez a ser joven, yo no me iría a practicar el Dharma, pero si no es así,
no me quedaré en casa, me iré a practicar el Dharma”,

Entonces su madre pensó, está acostumbrada a ser una reina y no me escuchará, tendré que fingir que me enfado un poco, y entonces le dijo a Nangsa Obum, “Escúchame hija, después de lo bien que te tratamos cuando vivías aquí, ahora no quieres escucharnos, pareces un enemigo kármico, el hablarte con
amabilidad es como abonar una tierra que no produce, por lo tanto, no sientas lástima por tí cuando te
azote el granizo, eres como un pequeño cordero que no quiere estar con los demás corderos, ni ser
esquilado, no lo lamentes si te mandan al carnicero, eres como alguien que está enfermo y cuando le
traen las medicinas no las quiere tomar, no te arrepientas luego si mueres y pasas a otra vida, eres como
un violín que suena mal incluso cuando está afinado, no te disgustes cuando vengan a repararte, tú que
tienes un cuerpo tan bello y una voz tan agradable, no quieres hacer feliz al rey de Rinan, ni escuchar a
tus padres, por lo tanto, no sientas tristeza cuando no seas ni monja ni laica, si actúas de esta manera, no
pienses que eres mi hija o que yo sea tu madre
”, cogió un puñado de cenizas y las tiró a la cara de
Nangsa, iba a pegarle con un palo, pero las amigas de Nangsa la detuvieron, la echó fuera de casa y no
dejó que volviera a entrar.

Aquella misma noche se fue mientras todos dormían.

Texto extraído de la biografía de la yogini Nangsa Obum

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