Por Lama Tsultrim Allione 19 de Mayo de 2022
Artículo traducido de https://www.lionsroar.com/how-to-practice-feeding-your-demons/
Lama Tsultrim Allione te enseña una técnica innovadora para convertir tus demonios interiores en amigos.
Alimentar nuestros demonios en lugar de combatirlos contradice el enfoque convencional de luchar contra lo que nos asalta. Pero resulta ser un camino extraordinariamente eficaz para la integración interior.
Los demonios (maras en sánscrito) no son engendros sedientos de sangre que nos esperan en rincones oscuros. Los demonios están dentro de nosotros. Son energías que experimentamos cada día, como el miedo, la enfermedad, la depresión, la ansiedad, el trauma, las dificultades en las relaciones y la adicción.
Todo lo que drena nuestra energía y nos impide estar completamente despiertos es un demonio. El enfoque de dar forma a estas fuerzas internas y alimentarlas, en lugar de luchar contra ellas, fue articulado originalmente por una maestra budista tibetana del siglo XI llamada Machig Labdrön (1055-1145). La práctica espiritual que desarrolló se llamó Chöd, y generó resultados tan sorprendentes que se hizo muy popular, extendiéndose ampliamente por todo el Tíbet y más allá.
En el mundo actual, sufrimos niveles récord de lucha interior y exterior. Nos encontramos cada vez más polarizados, interior y exteriormente. Necesitamos un nuevo paradigma, un nuevo enfoque del conflicto. La estrategia de Machig de nutrir en lugar de combatir a nuestros enemigos internos y externos ofrece un camino revolucionario para resolver los conflictos y conduce a la integración psicológica y la paz interior.
El método que he desarrollado, llamado Feeding Your Demons™ (Alimentar a tus Demonios), se basa en los principios del Chöd adaptados al mundo occidental. He aquí una versión abreviada de la práctica, en cinco pasos.
Paso 1: Encuentra el demonio en tu cuerpo
Después de generar una motivación sincera para practicar en beneficio de ti mismo y de todos los seres, decide con qué demonio quieres trabajar. Elige algo que sientas que está drenando tu energía en este momento. Si se trata de un problema de relación, trabaja con el sentimiento que está surgiendo en ti en la relación como si fuera el demonio, en lugar de la otra persona.
Pensando en el demonio que has elegido para trabajar, tal vez recordando un incidente particular en el que surgió con fuerza, escanea tu cuerpo y pregúntate: ¿Dónde se encuentra el demonio en mi cuerpo con más fuerza? ¿Qué forma tiene? ¿Cuál es su color? ¿Cuál es su textura? ¿Cuál es su temperatura?
Ahora intensifica esa sensación.
Paso 2: Personifica al demonio
Permite que esta sensación, con su color, textura y temperatura, salga de tu cuerpo y se personifique ante ti como un ser con extremidades, cara, ojos, etc.
Fíjate en lo siguiente sobre el demonio: tamaño, color, superficie de su cuerpo, densidad, sexo, si lo tiene, su carácter, su estado emocional, la mirada de sus ojos, algo sobre el demonio que no hayas visto antes.
Ahora hazle al demonio las siguientes preguntas: ¿Qué quieres? ¿Qué necesitas realmente? ¿Cómo te sentirás cuando consigas lo que realmente necesitas?
Paso 3: Conviértete en el demonio
Cambia de lugar, manteniendo los ojos cerrados en la medida de lo posible. Tómate un momento para instalarte en el cuerpo del demonio. Siente cómo es el demonio. Observa cómo se ve tu yo normal desde el punto de vista del demonio. Responde a estas preguntas, hablando como el demonio: Lo que quiero es…. Lo que realmente necesito es…. Cuando consiga lo que realmente necesito, me sentiré… (Toma nota especialmente de esta respuesta.)
Paso 4: Alimenta al demonio y conoce al aliado
Tómate un momento para volver a instalarte en tu propio cuerpo. Observa al demonio frente a ti. Luego disuelve tu propio cuerpo en néctar. El néctar tiene la cualidad de la sensación que tendría el demonio cuando obtiene lo que realmente necesita (es decir, la respuesta a la tercera pregunta). Fíjate en el color del néctar.
Imagina que este néctar se mueve hacia el demonio y lo nutre. Fíjate en cómo lo recibe el demonio. Tienes un suministro infinito de néctar. Alimenta al demonio hasta su completa satisfacción y nota cómo se transforma en el proceso. Esto puede llevar algún tiempo.
Observa si hay un ser presente después de que el demonio esté completamente satisfecho. Si hay un ser presente, pregúntale: «¿Eres el aliado?» Si lo es, trabajarás con ese ser. Si no lo es, o si no hay ningún ser presente después de alimentar al demonio hasta su completa satisfacción, invita al aliado a aparecer.
Cuando veas al aliado, fíjate en todos los detalles del mismo: tamaño, color, superficie de su cuerpo, densidad, sexo (si lo tiene), su carácter, su estado emocional, la mirada de sus ojos, algo del aliado que no hayas visto antes.
Cuando te sientas realmente conectado con la energía del aliado, hazte estas preguntas ¿Cómo me vas a ayudar? ¿Cómo me protegerás? ¿Qué compromiso tienes conmigo? ¿Cómo puedo acceder a ti?
Cambia de lugar y conviértete en el aliado. Tómate un momento para acomodarte en el cuerpo del aliado y observa qué se siente al estar en su cuerpo. ¿Cómo se ve tu yo normal desde el punto de vista del aliado? Cuando estés preparado, responde a estas preguntas, hablando como el aliado: Te ayudaré con… Te protegeré con… Me comprometo a… Puedes acceder a mí con…
Tómate un momento para volver a tu propio cuerpo y ver al aliado frente a ti. Míralo a los ojos y siente cómo su energía entra en tu cuerpo.
Ahora imagina que el aliado se disuelve en luz. Observa el color de esta luz. Siente cómo se disuelve en ti e integra esta luminosidad en cada célula de tu cuerpo. Toma nota de la sensación de la energía integrada del aliado en tu cuerpo. Ahora tú, con la energía integrada del aliado, también te disuelves.
Paso 5: Descansa en la conciencia
Descansa en cualquier estado presente después de la disolución. Haz una pausa hasta que los pensamientos discursivos comiencen de nuevo, entonces vuelve gradualmente a tu cuerpo. Al abrir los ojos, mantén la sensación de la energía del aliado en tu cuerpo.